El dolor de los que deciden separarse

Douglas Harris 30-10-2023
Douglas Harris

Siempre tendemos a pensar que el que "se deja" es la gran víctima en una relación. Lo que ocurre es que el que se deja está en una situación totalmente pasiva y se ve obligado a lidiar con el sentimiento de impotencia.

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Los que se quedan son arrastrados por un sentimiento de traición aunque no hubiera "traición" propiamente dicha.

Los que se quedan se sienten a la deriva, abandonados, rechazados, no queridos... sin suelo. Lo que les queda a los que se quedan son las lágrimas.

A veces, dependiendo de la falta de preparación o de la sorpresa ante la noticia, uno tiene el impulso de hacer malabarismos para hacer retroceder a la otra persona, pero es inútil.

¿Hay villanos y víctimas?

Cometemos el error de creer que el que ha dejado la relación "está de buen humor". Se le ve como el malo de la historia, el que causa el sufrimiento. Pero no es exactamente así como sucede...

En una relación estable, que comenzó con la intención de que fuera lo más duradera posible, está claro que ambos se mueven en la dirección de solidificar la pareja.

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Se espera que el amor sea para siempre jamás y por mucho que se vigile la evolución de la relación, el amor, la lujuria, el interés por perpetuar el vínculo pueden acabar de un lado.

A veces ocurre que ambos pierden el interés gradualmente y casi al mismo tiempo, pero en la mayoría de los casos esta falta de interés es unilateral.

Quién dejó de amar A quien ha dejado de amar no le gustaría haber dejado de amar, pero no es una decisión, simplemente sucede.

Busca en su interior durante mucho tiempo para encontrar el deseo, la pasión de los primeros días, pero no encuentra nada. Experimenta un gran conflicto y entra en un estado de duelo.

Culpa y frustración

Que también dejó de amar perdió un amor y pasa mucho tiempo culpándose a menudo, anticipando el dolor de su pareja, queriendo evitar que se haga daño.

Y a menudo, en un intento de negar que los sentimientos simplemente se han desvanecido, en la creencia de que tiene que haber una razón más convincente para la separación que no basta con que el amor y el deseo se hayan agotado, se cometen errores.

Si te encuentras en esta situación, presta atención para no hacer la separación innecesariamente más dolorosa de lo que es naturalmente, evitando las siguientes situaciones:

  • Provocar discusiones estériles
  • Buscar una relación fuera como forma de castigarse por la culpa de haber dejado de querer a su pareja
  • Buscar una proximidad forzada para "disfrazar" sus verdaderos sentimientos e intenciones
  • Despreciar a tu pareja o tratarla con indiferencia, imaginando que esto hará que él también deje de quererte, facilitando tu decisión.

Tales actitudes sólo prolongarán y acentuarán el inevitable dolor de la toma de decisiones.

Nadie se levanta por la mañana con el descubrimiento de que quiere separarse. Es un proceso, nos damos cuenta poco a poco.

Quienes pasan por esta experiencia se someten a un doloroso retiro reflexivo porque a menudo no pueden aceptar fácilmente la realidad de sus sentimientos.

Y hasta que se dan cuenta de que es imposible seguir viviendo juntos, siguen lamentando la pérdida de un amor, de unos planes y proyectos en común.

Es un error creer que los que desean separarse "están de buen humor". La diferencia entre los que se van y los que se quedan es que los que se van experimentan el duelo antes de que la separación sea efectiva.

Y a esto hay que añadir todo el valor necesario para comunicarse con la pareja y gestionar con equilibrio las consecuencias de esta decisión.

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Pequeños duelos

El dicho "cuando uno no quiere dos no se pelean" se aplica perfectamente en los casos en que el deseo de separarse es unilateral. Cuando una de las dos partes llega a comunicar esta decisión, ya lleva tiempo madurada... y sufrida.

La sensación de alivio que experimentan los que se marchan y la aparente sencillez con la que pueden abordar el tema suelen considerarse insensibilidad, y ese es otro error.

Cada uno, a su manera y a su tiempo, vive el dolor de la pérdida, y tras el primer impacto siempre es bueno tener presente que en las relaciones afectivas no hay certificado de garantía y menos aún fecha de caducidad.

Incluso las relaciones que duran "hasta que la muerte nos separe" sufren pequeñas pérdidas por el camino.

Douglas Harris

Douglas Harris es un astrólogo y escritor experimentado con más de dos décadas de experiencia en la comprensión e interpretación del zodíaco. Es conocido por su profundo conocimiento de la astrología y ha ayudado a muchas personas a encontrar claridad y comprensión de sus vidas a través de sus lecturas del horóscopo. Douglas tiene un título en astrología y ha aparecido en varias publicaciones, incluidas Astrology Magazine y The Huffington Post. Además de su práctica de la astrología, Douglas también es un escritor prolífico, autor de varios libros sobre astrología y horóscopos. Le apasiona compartir sus conocimientos y puntos de vista con los demás y cree que la astrología puede ayudar a las personas a vivir una vida más plena y significativa. En su tiempo libre, a Douglas le gusta caminar, leer y pasar tiempo con su familia y sus mascotas.