La resiliencia es nuestra fuerza para superar los retos diarios utilizando la capacidad de regular nuestras emociones y significados ante todo lo que ocurre. Pero, ¿cómo hacerlo con los más pequeños, si incluso para los adultos es difícil trabajar la resiliencia? Con imaginación, cuentos y frases de resiliencia para niños.

La resiliencia es como un bambú que se dobla ante un fuerte viento pero no se rompe. Vuelve a su posición normal después de la tormenta.

Es una capacidad que desarrollamos a lo largo de la vida, pero si se trabaja desde los primeros años de vida, puede ser más fácil despertar esta fuerza que todos llevamos dentro. De este modo, los niños pueden crecer sabiendo dar un nuevo sentido a los acontecimientos que les rodean.

Y si quieres conocer las principales características de un niño y su comportamiento, haz tu Mapa infantil (prueba gratuita aquí) .

Cómo trabajar la resiliencia con los niños

Sugiero, en primer lugar, usar la imaginación. En segundo lugar, no poner cargas innecesarias a los obstáculos, sino verlos como estímulos para el desarrollo cognitivo y emocional del niño.

Para ello, puedes utilizar historias de superación y frases inspiradoras que sirvan de instigación para una nueva acción.

Reaccionando positivamente ante las adversidades de la vida, los niños crecerán más seguros de sus capacidades. Si necesitas ayuda, cuenta conmigo (reserva cita aquí) y con las herramientas Brain Gym®, Educación Emocional Positiva, Reiki y Terapia Floral.

Desarrollar frases de resiliencia para los niños

Como el lado lúdico es muy importante para que un pequeño retenga la información, sugiero dibujar cómics con las frases de resiliencia para niños.

De esta forma, en momentos de crisis, puedes utilizarlas como herramienta de autocontrol emocional y autorregulación de las acciones ante los acontecimientos. Aprende a hacer una meditación para calmarte aquí.

A continuación te sugiero algunas frases que puedes utilizar, así como también pueden servirte de base para crear tus propios mensajes, ya sea con rimas, preguntas o expresiones motivadoras.

Frases de resiliencia sugeridas para los niños:

• ¿Qué le parece jugar y dar rienda suelta a su creatividad?
• Paso a paso, puedes llegar lejos
• ¿Cómo puedo actuar mejor la próxima vez?
• ¡Interesante reto! ¿Cómo puedo superarlo?
• Soy un guardián de la paz! Puedo afrontar este reto con calma
• La paciencia es la ciencia de la paz. ¡Yo puedo ser científico!
• Sé que venceré, porque sé que soy capaz
• ¿Cuál es la mejor solución? ¡Depende de mi investigación!
• No hay presión cuando estoy tranquilo en mi corazón
• Reafirmarme para liberarme
• Soy flexible y firme como el bambú
• Puedo desahogarme sin hacerme daño y entonces la calma viene para quedarse
• Todo tiene su lugar. Todo tiene su momento adecuado y sé que puedo manejarlo
• Cuando cambio mi forma de ver el mundo, mejor puede ser
• Escucharé atentamente a mi corazón y soltaré la tensión de lo que me molesta
• Creo en la fuerza que llevo dentro
• Ven osito, querido, contigo quiero estar. Con la fuerza de tu abrazo, más fuerte seré (sobre todo para los niños muy pequeños)

No hay bien o mal, es lo que te funcione a ti.

La sugerencia es fijar estos cómics en la pared de la habitación, al lado de la cama, junto al lugar donde se estudia, en fin, donde mejor te parezca y se pueda acceder a ellos cuando sea necesario.

Cuando crees tus frases o expresiones, intenta utilizar un lenguaje positivo y evita palabras como "no" o negativo. El cerebro ignora el "no" y se fija en las palabras. Si eliges términos estimulantes, obtendrás mayores resultados.

La meditación guiada es una herramienta poderosa en este proceso. He aquí una meditación para que padres e hijos gestionen mejor las emociones.

Ser un ejemplo de resiliencia para los niños

Ser resiliente es creer en tu propio potencial. Puedes incluso caerte, pero levantarte más fuerte.

Es mostrar al niño que, aunque piense que se ha equivocado en alguna actitud, puede volver a empezar y en una nueva ocurrencia actuar de forma diferente. Surgirán nuevas oportunidades.

Despierta al detective o científico que hay dentro del niño y de ti mismo, buscando soluciones sanas a los retos de la vida. Todo puede ser más ligero si se afronta de forma lúdica.

Enseña, por ejemplo, que es importante observar las situaciones que antes parecían una tormenta y recordar que, después de que pasen, llega un sol radiante.

Que depende de la forma en que te enfrentes y actúes en cada situación, y no de la situación en sí. De ahí viene el poder para superar los retos.

Cuando los niños aprenden desde pequeños que pueden afrontar las situaciones de la vida de un modo más consciente y ligero, llevarán este condicionamiento a su vida madura y, en consecuencia, serán adultos emocionalmente más sanos.